Tratamiento de la Artrosis

La artrosis forma parte del proceso natural de envejecimiemiento y, como las canas o las arrugas, podremos disimularla pero, de momento, todavía no podemos curarla. Ello no quiere decir, que no dispongamos de herramientas terapéuticas cada vez más eficaces para su manejo.

Hoy ya es una realidad la aparición de fármacos que, no siendo analgésicos pueden mejorar significativamente los síntomas y quizá (en los casos menos severos) enlentecer su progresión, tal es el caso del sulfato de glucosamina o el condroitin sulfato.

Para algunos casos de artrosis (especialmente rodillas) se está aplicando con éxito notable el ácido hialurónico intrarticular, que a modo de “gel” crea una película protectora sobre el cartílago dañado permitiéndole recuperar su funcionalismo. Cada vez de manera más generalizada se están aplicando (también de manera intrarticular) los llamados «factores de crecimiento» que disminuyen la inflamación, el dolor y mejoran la capacidad funcional de la articulación artrósica,

En casos más seleccionados, hoy es posible implantar con éxito células de cartílago a fin de rellenar las “calvas” de cartílago propias de una artrosis incipiente. Estamos cerca de programar con éxito células madre para que restauren ese área de cartílago que en su día desapareció de la articulación.

En definitiva, la artrosis ha cobrado protagonismo con el alargamiento de la esperanza de vida. Queremos vivir más, si somos capaces de vivir sin dolor ni limitaciones. Esta realidad social ha estimulado importantes recursos para la investigación en patología del envejecimiento que en pocos años dará sus frutos.

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